Trenes de alta velocidad: cómo se distribuyen las redes ferroviarias más rápidas del mundo

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En los últimos años, el panorama mundial del transporte ferroviario ha experimentado una enorme transformación con la incorporación de los trenes de alta velocidad, un gran avance tecnológico que ha redefinido la movilidad y la conectividad entre ciudades y países. En este artículo veremos (via World of Statistics) cuáles son las redes ferroviarias de alta velocidad más largas del mundo.

La Unión Internacional de Ferrocarriles define el ferrocarril de alta velocidad como el transporte público por ferrocarril a velocidades de, al menos, 200 km/h. Teniendo en cuenta este dato, empecemos.

Cuáles son las redes ferroviarias de alta velocidad más largas del mundo y por qué

China lidera indiscutiblemente la lista con más de 42.000 kilómetros de vías de alta velocidad, un gran número que deja claro que China está en la cabeza de las tecnologías que permiten viajar en trenes de alta velocidad ya que, para ellos, una buena infraestructura de transporte también significa crecimiento económico y es clave como columna vertebral dentro de su gran país.

En segundo lugar, le sigue a una considerable distancia España, con 4.327 kilómetros de vías de alta velocidad. A diferencia de lo que se podría pensar, de que en Europa las mejores comodidades en trenes las encontramos en Francia o Alemania, la dedicación de España a la alta velocidad para conectar sus diversas regiones, fomentar el turismo y modernizar su sistema de transporte ha sido muy alta en los últimos años. Y esta inversión ha resultado en una red extensa que cubre gran parte del territorio nacional, incluyendo enlaces transfronterizos que fomentan la integración europea.

Sin embargo, está claro, Francia y Alemania no se quedan atrás. Con sus 3.977 kilómetros, Francia se sitúa en tercer lugar, siendo la pionera en el concepto de trenes de alta velocidad con su icónico TGV. En cuarto y quinto lugar, tanto Alemania, con 3.516 kilómetros, como Japón, con 2.727 kilómetros, reflejan igualmente el alto valor que sus sociedades otorgan a la eficiencia y la rapidez en el transporte público.

El caso de Japón es particularmente emblemático con su Shinkansen, conocido por su puntualidad, seguridad, y tecnología avanzada. Realmente este país ha sido un modelo a seguir en términos de cómo la alta velocidad puede ser sinónimo de gran calidad y precisión.

Italia y el Reino Unido —con el metro más antiguo del mundo—, aunque con redes más modestas de 2.017 y 1.927 kilómetros respectivamente, han avanzado significativamente. Lo que demuestra que, con la inversión necesaria, la alta velocidad puede revitalizar las redes ferroviarias ya existentes y ofrecer una alternativa viable al tráfico aéreo y por carretera.

Los trenes de alta velocidad: grandes diferencias entre continentes

Más allá de Europa y Asia, el panorama cambia. Estados Unidos nos sorprende con solo 735 kilómetros de alta velocidad y su integración ha sido más lenta. Esto refleja el extenso uso de los coches, la gran cantidad de opciones de transporte y, en especial, que la vías férreas estadounidenses suelen ser demasiado viejas para soportar la velocidad de la nueva tecnología ferroviaria.

En otros continentes, como África y América del Sur, la alta velocidad es prácticamente inexistente. Un enorme contraste con las inversiones realizadas en otras regiones del mundo que tiene una importante parte de su razón en la geografía de la misma y en la distribución de la población dentro de los países.

La alta velocidad no es solo un medio de transporte, es un claro indicador del compromiso de una nación con la innovación, el desarrollo sostenible y la visión de un futuro más conectado. Teniendo en cuenta las disparidades en el desarrollo y el acceso a tecnologías avanzadas, resulta de lo más curioso e instructivo ver la distribución global de las redes de trenes de alta velocidad.

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