Hace poco hablábamos de The Line, un modelo de ciudad del futuro que va más allá de lo imaginable. Pero construcciones que te dejan sin palabras no solo están en el futuro, también en el pasado. Estos monasterios que datan del siglo XIV se elevan a 600 metros de altura.
Al norte de Grecia, en la región de Tesalia, en el valle del río Peleo, cerca de la ciudad de Kalambaka, se encuentran unas grandes masas rocosas de 600 metros de alto llamadas "Meteora". Frutos de la erosión de un gran río y de los terremotos, estos macizos son aparentemente como cualesquiera otros que existan, pero con una pequeña gran diferencia: en sus cumbres se encuentran varios monasterios.
Sí, a 600 metros de altura, en la cima de unas grandes rocas, concebidas míticamente como "enviadas por el cielo para permitir a los griegos retirarse y rezar", hay un grupo de seis monasterios, originalmente eran 24, que fueron construidos en el siglo XIV por religiosos de la región ante las amenazas del imperio otomano y desde entonces habitados por una pequeña comunidad de monjes y monjas.
Para hacernos una idea, el Empire State, construido en el siglo XX, mide, incluida su aguja, 443 metros de alto. Pero de lo que estamos hablando es de una construcción realizada seis siglos antes, a una altura mucho mayor, y no empezando desde el suelo, sino que teniendo que subir todos los materiales, herramientas, máquinas… a esos 600 metros de escarpados acantilados seguramente con cuerdas y poleas.
Por este motivo, —aunque desde los años 20 hay escaleras esculpidas en las paredes de la montaña y un puente que conecta para facilitar el acceso de turistas a todos ellos— estos monasterios, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, además de "Monasterios de Meteora", reciben el nombre de "Monasterios suspendidos del cielo", "Monasterios suspendidos en los aires" o "Monasterios en el cielo".
Realmente son una ingeniosa maravilla de la Edad Media que asombra a cualquiera por su ingeniería, su belleza y, sobre todo, por su singular ubicación.
En Hanaringo | Å: conozcamos la ciudad con el nombre más corto del mundo