Ya hemos entrado en la primavera y, como venimos haciendo cada año, se acerca el momento en que debemos cambiar la hora de nuestros relojes para ajustar el tiempo al nuevo horario de verano europeo. Te contamos cuándo, por qué y más historia al respecto.
Por qué se cambia la hora
Hace poco que, este pasado lunes 20 de marzo, se celebró el equinoccio de primavera de 2023, con el que todo el hemisferio norte entró oficialmente al buen tiempo del primer verde.
Hasta ese momento, en el hemisferio norte los días venían alargándose cada vez más desde el solsticio de invierno. Y ahora, a partir del equinoccio —el momento exacto en que hubo el mismo tiempo de luz que de oscuridad—, los días (horas de luz) irán aumentando a un ritmo de 3 minutos cada 24 horas hasta llegar al solsticio de verano en junio, cuando el ritmo se invertirá. Es por ello que, con la intención de sacar el máximo partido a la luz solar, pronto haremos el cambio de hora en Europa.
Este 2023
Concretamente, se realizará mañana, en la madrugada del 25 al 26 de marzo en España. En ese momento los relojes deberán adelantarse de las 2:00 a las 3:00 horas directamente.
Con ello, pasaremos del CET, el Central European Time, al CEST, el Central European Summer Time, al que también llamamos la hora de verano. Un cambio que volveremos a invertir a principios de otoño.
Un poco de historia
El horario de verano se introdujo por primera vez en Europa durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, una vez terminada la guerra, la mayoría de los países abandonó esta práctica. No fue hasta la crisis energética de finales de los 60 y principios de los 70 que los responsables políticos reintrodujeron el horario de verano en todo el continente. Y, desde entonces, la mayoría de los países europeos la han mantenido menos Islandia, Bielorrusia, Turquía y Rusia.
Este cambio en el horario para la época de verano, de hecho, se realiza en gran parte del mundo (Estados Unidos, Canadá, México, Chile, Paraguay, Cuba, Bahamas, Haití e incluso algunos países de Oceanía), pero es normal que las fechas de inicio y final de esta transición varíen según el país, la localización e incluso el año. Lo que normalmente sí es común en todo el mundo es que se inicie en un día de primavera y que el cambio se de en una noche de fin de semana para atenuar los desbarajustes que pueda ocasionar a nivel rítmico.
¿Debemos cambiar el horario?
En 2015 empezaron a haber varias propuestas por parte de miembros del Parlamento Europeo para abolir el cambio de hora, pero después de una serie de acciones en la línea de encontrar un acuerdo común que complaciera a toda Europa y no tuviera un impacto desfavorecedor, los progresos en esta cuestión están detenidos.
Así que, por ahora, seguiremos cambiando de hora en primavera y en otoño. Con la intención de disfrutar de la máxima cantidad de luz solar mientras experimentamos y disfrutamos de las estaciones que la naturaleza nos brinda.