Los bosques en nuestro planeta: así se distribuyen entre los diferentes países del mundo

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Los bosques no son solo vastos espacios donde la naturaleza florece en su máxima expresión, sino también un indicador de la salud de nuestro planeta. Estas áreas verdes del reino vegetal cumplen funciones vitales para la vida humana y de otras especies, actuando como pulmones de la Tierra y jugando un papel esencial en la regulación del cambio climático. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado cómo se distribuyen estos espacios verdes entre las diferentes naciones del mundo?

Actualmente, la cobertura forestal media del mundo se sitúa en el 31,2%. Esta cifra, aunque parezca modesta, representa miles de millones de hectáreas de bosques que albergan una biodiversidad única y ofrecen servicios ecosistémicos esenciales para la humanidad. En base a los datos recopilados (vía World of Statistics) de 44 países del mundo, veamos cómo este 31,2% de territorio forestal mundial se distribuye en los distintos continentes del mundo.

Los países con más y menos densidad forestal del mundo

Es Surinam (al norte de América Latina) el país que encabeza la lista con un impresionante 97,4% de su territorio cubierto por bosques, seguido de Guyana (también al norte de América Latina) con 93,6% y Gabón (al centro de África) con un 91,3% respectivamente. Algo de esperar, pues estos países pertenecientes a regiones tropicales tienen una riqueza ecológica incalculable prácticamente inalterable, y representan una de las principales reservas forestales del planeta.

Mientras, es en los países de Oriente Medio, como Israel, Pakistán o Afganistán, cubiertos predominantemente de desiertos, donde vemos la menor concentración de bosques del mundo. Siendo Egipto el país con un 0% de territorio forestal.

Una visión global de la distribución forestal en los continentes del mundo

En Europa, son las naciones nórdicas y bálticas las que destacan por su cobertura forestal. Finlandia, con un 73,7%, encabeza la lista europea, seguida de cerca por Suecia y Estonia. Estos bosques, en su mayoría boreales (es decir, compuestos principalmente de pinos, abetos y alerces), son fundamentales para la biodiversidad y el equilibrio ecológico del continente entero.

Norteamérica, específicamente Estados Unidos, cuenta con una cobertura del 33,9%. En comparación, aunque puede parecer una cifra baja, este país ha llevado a cabo importantes esfuerzos de reforestación en las últimas décadas y puede que en un futuro esta cifra aumente.

Por lo que respecta a Asia, encontramos una situación diversa. Japón y Corea del Sur, dos países con tradiciones y culturas profundamente arraigadas a la naturaleza, tienen una cobertura forestal del 68,4% y 64,4% respectivamente. Cifras que muestran la importancia que ambos países otorgan a la conservación y el respeto hacia su entorno natural. En contraste, naciones con un crecimiento industrial y urbano acelerado como China e India tienen cifras del 23,4% y 24,3% respectivamente. Lo que pone de manifiesto el desafío que enfrentan al equilibrar el desarrollo económico con la conservación ambiental.

Cualquiera podría pensar que es Brasil, ubicado en el trópico y hogar de gran parte del Amazonas, la selva tropical más grande del mundo, el país con más densidad forestal. Sin embargo, debido a varios desafíos de deforestación ahora cuenta con el 59,4% de superficie forestal. Más allá de Brasil, América Latina ostenta una gran riqueza forestal en países como Colombia, Venezuela, que también cuentan con porciones significativas del Amazonas. Pero, el resto de países enfrenta grandes retos de deforestación.

Por su parte, Canadá, otro de los países con mayor extensión territorial del mundo, también sorprende con solo un 38,7%. Esto se debe a que, a pesar de tener un vasto territorio, gran parte de su territorio septentrional son tundras que no favorecen el crecimiento de bosques debido a su clima extremadamente frío.

Las cifras mencionadas no solo nos ofrecen un panorama del estado actual de nuestros bosques, sino que también nos recuerdan la responsabilidad que todos compartimos para conservar nuestro hogar común. Algo que la ONU parece tener muy claro en su nuevo acuerdo histórico para declarar un tercio de la Tierra como Zona Protegida.

Los bosques son más que simples áreas verdes en un mapa, son el reflejo de la relación que mantenemos con nuestro entorno. Su salud y bienestar dependen en gran medida de las decisiones y acciones que tomemos hoy. Por ello es esencial que nos dediquemos a cuidar, preservar y, cuando sea necesario, restaurar estos pulmones verdes de nuestro planeta. Porque, en realidad, la salud de los bosques es nuestra propia salud.

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