Un paso adelante para la protección de los océanos: el nuevo santuario marino más grande del Atlántico

Tristán de Cuña

Tristán de Acuña, el lugar habitado más remoto del mundo, se convierte en el área marina protegida más grade del Atlántico y la cuarta más grande del planeta.

Tristán de Acuña, situado en el Atlántico Sur y con una población de menos de 270 personas, es el archipiélago habitado más remoto de la Tierra. El territorio habitado y con recursos más cercano a este archipiélago se encuentra a 2173 km, esto es como ir en coche desde Barcelona a Oslo y prácticamente la mitad de la distancia que separa Madrid de Nueva York.

Según la RSPB (Real Sociedad para la Protección de las Aves, la mayor organización sin ánimo de lucro de Europa dedicada a la protección de la vida salvaje), se tarda más en navegar desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, hasta Tristán de Acuña que lo que tardó Apollo 11 en llegar a la luna. El acceso a la isla además es muy complicado, pues está rodeada por acantilados de más de 600 metros de altitud.

Este paraíso natural de vida salvaje es el hogar de decenas de millones de aves marinas, incluidos albatros y pingüinos, de ballenas, tiburones y focas. Por ello, gracias a una asociación internacional de organizaciones y fundaciones, hace seis meses el área alrededor de estas islas se convirtió en uno de los santuarios más grandes del mundo para cuidar la vida por debajo y encima de sus aguas.

"Tristán de Acuña es un lugar como ningún otro. Las aguas que rodean este remoto territorio británico de ultramar son de las más ricas del mundo. Decenas de millones de aves marinas se elevan sobre las olas, pingüinos y focas se apiñan en las playas, tiburones [de especies] amenazadas se reproducen en alta mar y misteriosas ballenas se alimentan en los cañones de aguas profundas. Desde hoy, podemos decir que todo esto está protegido.", afirma Beccy Speight, directora general de la RSPB.

Tristán de Acuña se ha unido al programa Blue Belt (literalmente "cinturón azul"), un programa del gobierno británico que apoya sus propios territorios de ultramar en la protección y gestión sostenible de sus entornos marinos. De esta manera se favorecerá y salvaguardará uno de los entornos marinos más puros y vírgenes del planeta y se protegerá la gran riqueza de la vida silvestre que lo habita.

El área marina protegida es de 700.000 km2 (casi tres veces el tamaño de Reino Unido) y se establece como una "no-take zone", que se puede traducir como "zona de no captura", es decir, un área donde todas las formas de explotación están prohibidas y se limita severamente la actividad humana, no se permite la pesca, la minería de profundidad ni actividades perjudiciales en general. El Reino Unido será el responsable de la vigilancia y cumplimiento a largo plazo de este proyecto, dando un paso adelante en su objetivo de asegurar la protección del 30% de los océanos del mundo para 2030.

Desde siempre la comunidad de Tristán de Acuña se ha cuidado de proteger su entorno. Y, de hecho, este último acontecimiento es el fruto de un recorrido de 20 años de dedicación. James Glass, Jefe de la isla de Tristán de Acuña, comenta que "Nuestra vida aquí siempre se ha basado en nuestra relación con el mar; es nuestro recurso vital, para nuestra economía y, en última instancia, para nuestra supervivencia a largo plazo. Por eso estamos protegiendo plenamente el 90% de nuestras aguas y estamos orgullosos de poder desempeñar un papel clave en la conservación de la salud de los océanos."

Otra victoria para el bienestar de nuestro planeta.

Imágenes | Lonely Planet y National Geographic