Subiendo al reino de los cielos, la cúpula de la Basílica de San Pedro

Nos encontramos en el Vaticano, situado dentro de la ciudad de Roma, Italia. En esta ciudad-Estado están reunidas obras arquitectónicas y colecciones de arte de una gran importancia histórica, cultural y religiosa que dan a este lugar gran atractivo turístico para todo tipo de viajeros.

De todo lo que tiene por ofrecer el Vaticano, hoy nos centraremos en la Basílica de San Pedro, considerada como uno de los lugares más sagrados del catolicismo. Descrita por James Lees-Milne como «la ocupante de una posición única en el mundo cristiano», una de las piezas que dota de más presencia a esta construcción es su cúpula, que sobresale majestuosa en el cielo romano como un faro de luz para miles de peregrinos y viajeros.

¿Te imaginas la vista que hay desde allí arriba? ¿Quieres subir a la cúpula más alta del mundo? ¡Vamos allá!

Entrando: cola y compra de billetes

Nos situamos en la plaza de San Pedro. La cola para pasar seguridad y entrar a la Basílica se extiende siguiendo el trazo de la columnata derecha. Aunque parezca una cola interminable, es bastante rápida: en día viernes a las 11h de la mañana, dispuestos a hacer 2 horas de cola, en 30 minutos estuvimos dentro. Además, la espera es un buen momento para hacer fotos de la majestuosa plaza y Basílica de San Pedro.

El control de seguridad está situado en la parte derecha de la columnata de Bernini. Es importante conocer las normas de vestir para entrar en la Basílica. Se deben llevar los hombros y las rodillas cubiertas, si no, técnicamente no se puede entrar. Digo "técnicamente" porque vimos a bastantes personas que no cumplían estrictamente este requisito y aún así entraban, pero no todas, si consideran que muestras demasiada piel te hacen esperar fuera.

Fachada de la Basílica De San Pedro.

Pasada seguridad, para subir a la Cúpula te diriges a la derecha, te aproximas a la Basílica y cruzas su primera fachada, entrando en el nártex. Antes de pasar a la nave principal te desvías a la derecha y bordeas por el patio exterior, si miras arriba puedes ver el edificio de la Capilla Sixtina. Siguiendo la señal «Cupola» llegas al punto de venta de los billetes.

Edificio de la Capilla Sixtina desde abajo.

Si subes a pie el precio son 8€, si eliges el ascensor son 10€. El ascensor está junto a la taquilla de billetes. Esta opción puede parecer muy atractiva, pero solo llega hasta el primer tramo de subida, hasta el tambor, que además es el más amplio, corto y cómodo. El segundo tramo, más angosto, es obligatoriamente todo a pie. En total hay 551 escalones, si usas ascensor tendrás que subir los 320 restantes. La cola para tomar el ascensor es además mucho más larga, si subes a pie entras directo.

Primera etapa: Llegando al tambor

Si escoges subir a pie, la primera etapa es una escalera en espiral amplia, de escalones bajitos que se sube de forma cómoda y ligera. Después de 231 escalones sales a una parte del tejado de la Basílica y descansas un momento, retomando fuerzas, mientras contemplas desde arriba el edifico de la capilla Sixtina. Hasta aquí llega el ascensor.

Edificio de la Capilla Sixtina desde arriba.

Luego, un pequeño bloque exterior de escaleras te lleva al tambor de la Basílica. La visión desde allí, protegido detrás de una malla de seguridad, es impresionante y jubilosa. Si miras hacia abajo ves toda la nave central, llena de visitantes que ahora parecen pequeñas rayitas, y puedes admirar desde arriba, entre otros, el famoso baldaquino de Bernini, una de las obras más singulares de la Basilica. Mirando hacia arriba disfrutas de mucho más de cerca la exquisita y minuciosa decoración de una de las cúpulas más famosas del mundo; detrás, a un palmo, encontramos algunos de los mosaicos elaboradísimos que la conforman. En frente leemos la famosa inscripción con letras de 2 metros: «TV ES PETRVS ET SVPER HANC PETRAM AEDIFICABO ECCLESIAM MEAM ET TIBI DABO CLAVES REGNI CAELORVM» (Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia. A ti te daré las llaves del reino de los cielos).

Para continuar hacia arriba das un cuarto de vuelta y empieza una nueva sección de escaleras, si no te encuentras en condiciones de seguir, puedes dar la vuelta a medio tambor y bajar de nuevo a la Basílica.

Ten en cuenta que este es el momento de hacer las fotos al tambor, si subes hasta arriba el camino de regreso no es el mismo y no volverás a pasar por aquí.

Segunda etapa: Subiendo al cielo

Esta segunda sección es en sí misma una experiencia única. Sigues el recorrido transitando entre la cúpula interior y la exterior, subiendo una escalera muy estrecha que se adapta a la curva propia del domo.

Es un espacio con poca ventilación, suerte que hay algunas ventanas donde incluso puedes medio sentarte, aunque a medida que subes se hacen más pequeñas hasta que desaparecen. Pasado un buen rato te encuentras con otra escalera en zig zag más nueva y con barandilla. Es el tramo más intenso, porque la ventilación es nula y los escalones son mucho más altos. Además, debes tener cuidado con la cabeza e ir un poco agachado.

Por último, la escalera de caracol original de la construcción de la Basílica ya te da acceso al pie de la linterna.

Al pie de la linterna

¡Hemos llegado a la cima de la que se concibe como la mayor cúpula de la cristiandad! Con una altura total de 136,57 metros, fue construida desde 1547 hasta 1590 por Miguel Ángel Buonarroti, considerado uno de los artistas más grades de la historia, y posteriormente terminada por Giacomo della Porta y Domenico Fontana, importantes arquitectos italianos.

En seguida te das cuenta de que te encuentras en una posición privilegiada. Desde aquí tienes una visión panorámica en 360 grados de la ciudad de Roma. De cerca, puedes disfrutar a vista de pájaro de los Jardines y Muesos Vaticanos y de la famosísima plaza de San Pedro, obra de Bernini, con su columnata y esculturas. A lo lejos, puedes divisar los parques y jardines de la ciudad, como el Giardini di Villa Borghese, así como algunos de los monumentos más destacados: el Castillo de Sant’Angelo, la iglesia de la Trinità dei Monti en la Piazza di Spagna, el Panteón, la iglesia de Sant’Agnese in Agone en la Piazza Navona o el Altar de la Patria.

Bajando a la tierra

El trayecto de descenso es el mismo que el del ascenso, pero por el otro lado de la cúpula. Así que cuando has bajado la primera etapa llegas a otra sección del tejado de la Basílica donde descansar. Está mucho más equipada que la que te encuentras al subir. Cuenta con baños, una fuente de agua, tienda de recuerdos y un pequeño bar-restaurante. Además, en este apartado se ven las linternas de las cúpulas menores y te puedes acercar a las esculturas de la fachada principal de la Basílica, aunque está prohibido asomarte es suficiente para tomar más de una foto original.

Después del último y definitivo trecho de escaleras sales directamente al interior de la Basílica por su parte izquierda, junto a la pila del Agua Bendita.

Recomendaciones

La cúpula está abierta durante todo el año. De 8:00 a 17:00 de octubre a marzo y de 8:00 a 18:00 el resto de meses. Sin embargo, puede variar en ocasiones especiales, por está razón es mejor consultar los horarios antes de ir.

Como ya hemos comentado, todo este recorrido, más en especial en ciertas zonas, es intenso, la ventilación es mínima y el espacio muy cerrado y estrecho. Además, una vez empiezas a subir es difícil hacer marcha atrás, porque el de bajada y el de subida son caminos distintos e irías contradirección. Así que es muy importante que la visites en tu mejor día y es una buena idea llevar agua y algún zumo dulce o azúcar para evitar posibles mareos.

Subir y bajar de la Cúpula de San Pedro, el cielo del gran templo de Roma, caminando por entre sus paredes, es una proeza donde superas varios obstáculos con la voluntad de llegar a la cima de una suma de esfuerzos y creatividad humana que 600 años atrás también se elevó al cielo de Roma creando Arte, Historia, Belleza y Fervor a los que aspiramos a desplegar los valores más nobles de la familia humana.