Rescatan un pequeño búho del árbol de Navidad del Rockefeller Center en Nueva York

Para sorpresa de todos, este año, el árbol de Navidad que se coloca anualmente en el Rockefeller Center llevaba un pequeño búho en el interior. Afortunadamente, un trabajador se ha dado cuenta y, por suerte, el animal está en buenas condiciones de salud.

Se acercan las fiestas y las ciudades empiezan a vestirse de gala para la ocasión. En 1933 en la ciudad de Nueva York empezó la ahora ya antigua tradición de colocar un gigantesco árbol de Navidad en el Rockefeller Center —delante del cual además se instala una pista de hielo—, y desde el 1997 se emite en directo el encendido de sus miles de luces de colores por parte del alcalde de la ciudad el siguiente miércoles al día de Thanksgiving.

Según Lonely Planet, este año, como es la elección común, el árbol vuelve a ser una pícea de Noruega —una conífera de la familia de las pináceas— de 23 metros de alto (como un edificio de 7 pisos) y 11 toneladas. El árbol fue donado por Al Dick, propietario de los almacenes Daddy Al's General Store en Oneonta, Nueva York. Pero lo que nadie sospechaba era que, este año, el árbol venía con una pequeña gran de sorpresa.

Después de un viaje de más de 270 km —entre 3 y 4 horas— hasta la Gran Manzana, un empleado que trabaja para la compañía que ayuda a transportar y proteger el árbol de Navidad del Rockefeller Center ¡encontró un pequeño búho escondido entre las ramas!

Se trata de un tecolote abejero norteño o mochuelo cabezón, una de las especies de búhos más pequeños de Norte América, los adultos llegan a medir entre 17 y 22 cm, con una envergadura de entre 42 y 56 cm.

La mujer del trabajador que lo encontró se puso en contacto con Ravensbeard Wildlife Center, que se ha responsabilizado del pequeño animal, dándole cobijo, protección y alimento. Situado en Saugerties, a unas dos horas de Manhattan, Ravensbeard Wildlife Center es una pequeña organización sin ánimo de lucro de rehabilitadores de vida silvestre, naturalistas y educadores que funciona gracias a donaciones voluntarias.

Ravensbeard —que muy apropiadamente ha nombrado al pequeño búho "Rockefeller"— explica que le han dado líquidos y le han estado alimentando y que, aunque el animalito pasó tres días sin comer ni beber, sus ojos están brillantes y parece estar en buenas condiciones a pesar de la aventura que ha vivido. "Una vez que obtenga el certificado de buena salud será liberado para que continue su salvaje y maravilloso viaje".

Al día siguiente, el 19 de noviembre, Ravensbeard publicó en su nuevo sitio web: "¡El pequeño Rockefeller está muy bien! Sus radiografías de rayos X salieron perfectas. Se quedará con nosotros unos días más mientras controlamos su salud y le ayudamos a recuperar su peso adecuado. ¡Después solo se tratará de esperar a un día con buen tiempo para su liberación! Los mantendremos a todos informados."

Es un buen regalo de Navidad ver que los hombres seguimos respetando a los animales.