En un momento u otro todos habremos oido hablar del 'espacio Schengen' como algo que forma parte de Europa. ¿Pero sabemos qué es exactamente este tal espacio Schengen? Pues en resumidas cuentas es un gran privilegio con el que contamos los europeos. En este artículo exploramos la historia, la función y los objetivos del acuerdo de Schengen para que sepamos a lo que nos referimos exactamente.
Como decíamos, se trata de un privilegio. Será más claro con un ejemplo. Un buen día por la mañana un italiano se levanta y decide que se va a desayunar un croissant en París, luego a almorzar unas tapas en Barcelona y luego regresa a su casa a cenar una buena pasta en Roma, todo en el mismo día, y sin tener que mostrar su pasaporte ni una sola vez mientras cruza por distintos países tan alegremente. Esto es posible. Y mientras que es algo que muchos europeos damos por sentado, se trata de una situación prácticamente única en el mundo. Y esto es gracias al espacio Schengen.
¿Cuál es el origen y objetivo del espacio Schengen?
En 1985, un 14 de junio para ser exactos, cinco países europeos (Bélgica, Alemania, Francia, Luxemburgo y los Países Bajos) firmaron un acuerdo en un pequeño pueblo de Luxemburgo llamado, por supuesto, Schengen. ¿Su objetivo? Poner en marcha una de las iniciativas más ambiciosas y significativas de la Unión Europea: eliminar los controles fronterizos internos entre los países miembros y permitir a las personas de estos países moverse libremente entre ellos.
El acuerdo entró en vigor en 1995 y, desde entonces, ha crecido hasta incluir a 26 naciones, aunque a estas alturas no todas son miembros de la Unión Europea. Gracias a esta iniciativa, a día de hoy, más de 400 millones de personas pueden moverse libremente por casi 30 países distintos, con sus propios idiomas, cultura y tradiciones con la misma facilidad que harían por el suyo propio.
¿Qué países forman parte del espacio Schengen?
Los países que actualmente forman parte del Espacio Schengen, en orden alfabético, son: Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Suecia y Suiza.
Además, el espacio Schengen incluye también tres micro-Estados europeos: Mónaco, San Marino y la Ciudad del Vaticano. Estos mantienen las fronteras abiertas o semiabiertas con otros países miembros de Schengen.
En la imagen superior vemos todos los países que incluye este acuerdo. En azul oscuro, los países europeos que forman parte del espacio Schengen. En violeta claro, los países que no forman parte de la Unión Europea pero están dentro del espacio Schengen. En azul claro se destacan los tres micro-estados europeos que tampoco forman parte de la UE pero también están dentro de este espacio. Y en amarillo los tres países que están por incluir tan pronto como sea posible.
¿Cuál es el funcionamiento y beneficio del espacio Schengen?
Para lograrlo, se han establecido controles fronterizos más estrictos en las fronteras exteriores del espacio. Además, se ha creado un sistema de información de Schengen (SIS) que permite a las autoridades de los países miembros compartir información relevante para la seguridad, el principal desafío de este acuerdo.
Este libre movimiento ha tenido un impacto muy positivo en los territorios. No solo facilitando el turismo y los negocios, sino que ha favorecido la economía de la zona, ha impulsando la integración y el desarrollo económicos de los países miembros.
Con todo, el Espacio Schengen es un privilegio que ha cambiado la forma en que los europeos vivimos, trabajamos y viajamos. Su existencia ha facilitado un grado de libertad de movimiento sin precedentes en una manifestación clara de la cooperación y la integración que forman Europa.
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