Alaska, la última frontera de Estados Unidos, es conocida por su frío clima, paisajes prístinos, fauna salvaje y comunidades aisladas. En un entorno como este se encuentran ciertas peculiaridades fuera de lo común, como la de un edificio que da cobijo a un pueblo entero. Hablamos de Whittier.
Al sur de Alaska, en la cabecera del Passage Canal, prácticamente en la trayectoria del Cinturón de Fuego del Pacífico, la vida en la pequeña ciudad de Whittier se desarrolla de una manera que para muchos podría parecería una novela de ciencia ficción. En lugar de contar con una iglesia, una escuela o una plaza como núcleo o puntos de interés, su punto focal (y casi único) es un edificio llamado Begich Towers.
Este rascacielos de tres módulos y catorce plantas alberga al 80% de los habitantes del pueblo, unas 270 personas que disponen de todo lo necesario para llevar su vida diaria sin siquiera tener que salir al exterior en el frío del invierno. Porque no se trata de un simple piso de apartamentos. En su interior hay tiendas, la oficina de correos, el gimnasio... incluso hay un túnel subterráneo que conecta el edificio con la escuela del pueblo. Sí, parece que hay unas pocas familias que viven fuera de la torre en viviendas unifamiliares a pocos metros, pero no en vano este edificio le dio a Whittier el apodo de "Ciudad bajo el mismo techo".
Los orígenes de la "Ciudad bajo el mismo techo"
La historia de cómo un edificio se convirtió en el epicentro de un pueblo se remonta a la Segunda Guerra Mundial. El ejército estadounidense seleccionó este lugar para construir un puerto militar y una base logística como punto estratégico. Y, años más tarde, terminada la guerra, desarrolló un ambicioso plan para convertir la zona en un complejo militar. Pero, finalmente, solo se construyeron dos edificios: el Begich Towers (entonces conocido como el Edificio Hodge) y el Edificio Buckner (el mayor edificio de Alaska en el momento).
Estos fueron utilizados por el ejército hasta principios de la década de 1960. Entonces, mientras el Edificio Buckner fue abandonado en 1966, el Begich Towers fue transformado en un edificio público que pasó a albergar las principales instituciones y servicios comerciales de Whittier.
Whittier, Alaska: Una comunidad de lo más original
Las Torres Begich son realmente un testimonio de la adaptación y resiliencia humanas ante condiciones extremas como las que a menudo se viven en Alaska. Además, la vida que llevan en su interior los habitantes de Whittier también es un ejemplo único de comunidad. En un espacio donde vecinos y amigos están a solo unos pasos de distancia, la interacción diaria es inevitable, creando vínculos estrechos y solidaridad.
Y para aquellos aventureros con un apetito por lo inusual, Whittier también ofrece una experiencia turística. En los pisos 13 y 14 de las Torres Begich se encuentra el único hotel del pueblo, dando a los visitantes una vista panorámica de la Bahía del Príncipe Guillermo y la oportunidad de experimentar en directo este peculiar estilo de vida.
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