En 1985, Apple tomó una decisión que ahora nos parece impensable: despedir a Steve Jobs. El genio detrás del Macintosh fue despedido por el consejo directivo de su propia empresa. Décadas después, John Sculley, quien ocupaba el cargo de CEO en aquel momento y amigo personal de Steve Jobs hasta ese punto, explica los motivos que llevaron a aquel desenlace.
Cuando Apple despidió a Steve Jobs: John Sculley nos lo cuenta
La relación entre Steve Jobs y John Sculley empezó con una admiración mutua. Jobs era, en muchos aspectos, un adelantado a su tiempo, pero con poca experiencia en el mundo de los negocios. Sculley, por su parte, reconoce no tener en ese momento la visión de Jobs, pero sí la experiencia que un cargo ejecutivo en Pepsi le proporcionó. Ambos compartían el objetivo de convertir Apple en la compañía de referencia de la industria, sin embargo, un solo punto de discrepancia acabó con uno de los despidos más conocidos de Silicon Valley.
En aquel entonces, el Macintosh, el futuro de Apple en el que Jobs había puesto todo su conocimiento y tiempo, fue mal recibido, clasificado hasta de "juguete" por no contar con la potencia necesarias. Por ello, Jobs insistió en que se le bajara el precio de venta y se dedicara gran parte del dinero destinado a publicitar el Apple 2, que había traído muchos beneficios al Macintosh.
Sculley creía que eso no iba a marcar ninguna diferencia y que el escaso éxito del Macintosh no se debía ni su precio ni a su publicidad. Además, le advirtió que si lo hacía, la empresa se enfrentaba a una más que posible gran pérdida económica.
He ahí su punto de discrepancia. ¿Solución? Ambos se presentaron ante el consejo directivo de Apple y expusieron sus versiones de los hechos y el proceder que consideraban más apropiado. A raíz de ello, el vicepresidente y tercer cofundador de Apple, Mike Mara, estudió la cuestión con ejecutivos e ingenieros por varios días, y finalmente reportó al consejo que su opinión coincidía con la de John Suclley, no con la de Steve Jobs.
Por este motivo el consejo pidió a Jobs que dejara el cargo de la división del Macintosh. No le despidieron. Seguía siendo el presidente y el mayor accionista. Pero Jobs, con su fuerte carácter y visión inquebrantable, no aceptó fácilmente la resolución, lo que llevó a su salida definitiva de Apple.
En un conferencia de Forbes de 2013, el propio John Sculley, ex CEO de Apple del momento, relató en primera persona cómo se tomó la decisión. Aunque esta historia ya es bien conocida por todos, hasta esta conferencia, no se le había puesto palabras de forma tan directa y personal. Aquí podemos ver el vídeo de 8 minutos en el que nos lo cuenta.
Sculley explica que la decisión fue extremadamente difícil y dolorosa, sobre todo entendiendo como lo hace ahora como su colisión fue fruto de una aproximación muy diferente: él desde el punto de vista de un ejecutivo que debe reportar a la junta y evitar errores que perjudiquen a la empresa y Steve desde el punto de vista de un artista y visionario que creía apasionadamente en lo que hacía y sabía que estaba a punto de cambiar el mundo.
Nueve años más tarde, en 1996, Apple compró NeXT, una nueva empresa que Jobs había fundado tras su marcha. Así regresó como un CEO completo: un visionario y ejecutivo experimentado al mismo tiempo (tanto que incluso aconsejó al CEO de Starbucks). Desde entonces, el éxito de Apple cambió radicalmente. Su regreso dio inicio a la era de innovación que conocemos y de la que hoy disfrutamos.
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