Apple ha anunciado un conjunto de cambios que transformarán la manera en que los usuarios europeos interactúan con las aplicaciones en dispositivos iOS. A partir de ahora, será posible descargar aplicaciones directamente de sitios web, una medida que, aunque promete mayor flexibilidad y acceso a contenidos, también suscita inquietudes sobre la privacidad y seguridad de los usuarios.
Apple permite la descarga de apps desde la web en Europa
Hasta la fecha, la App Store de Apple ha sido la única fuente autorizada para la descarga de aplicaciones en dispositivos iOS. Ahora, parte del esfuerzo de Apple por cumplir con el Acto de Mercados Digitales (DMA) y con la introducción de iOS 17.4, han llegado las tiendas alternativas (que se desactivarán si salimos de la UE y que podemos bloquear fácilmente). Y, con ellas, un nuevo anuncio: los desarrolladores en la Unión Europea ahora tendrán también la libertad de distribuir sus aplicaciones directamente desde sus propias páginas web.
Si bien esta mayor apertura puede parecer un avance hacia mayor libertad y autonomía tanto para desarrolladores como usuarios, no está exenta de riesgos, especialmente en lo que respecta a la protección de la privacidad. Con importantes interrogantes sobre cómo se gestionarán y protegerán los datos de los usuarios.
Al menos, para calificar para la distribución web, los desarrolladores deberán cumplir con criterios específicos, como ser miembro del Programa de Desarrolladores de Apple por dos años continuos, tener un historial de buena conducta y tener una aplicación con más de un millón de instalaciones iniciales en iOS dentro de la UE durante el año anterior. Además, las aplicaciones distribuidas de esta manera deberán cumplir con los requisitos de notarización de Apple, asegurando que mantengan, en la medida de lo posible, los estándares de calidad y seguridad de la plataforma.
La distribución de aplicaciones desde la web estará disponible tras una actualización de software de iOS prevista para la primavera dentro de la Unión Europea. Así que los próximos meses serán cruciales para observar cómo estos cambios afectan la forma en que interactuamos con nuestras aplicaciones favoritas y cómo protegemos nuestra información personal en un entorno supuestamente cada vez más abierto.
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