Ahora que el ambicioso proyecto del Apple Car ha sido finalmente abandonado (aunque sin ninguna confirmación oficial), han surgido detalles sobre los conceptos y las visiones detrás de sus diseños. Y, a diferencia de enfoques de otras marcas, estos revelan un intento por transformar la experiencia automovilística, priorizando el espacio interior y la comodidad al estilo de un jet privado. Veamos cómo iba a ser el Apple Car.
La evolución del Apple Car: un intento revolucionario
Al parecer, el foco de Apple estaba en la creación de un vehículo que ofreciera una experiencia sin precedentes en cuanto a confort y espacio interior se refiere. Su visión inicial incluía alcanzar una autonomía de nivel 5, lo que eliminaría la necesidad de volantes o pedales, transformando el vehículo en un verdadero salón sobre ruedas.
En este sentido, según Mark Gurman de Bloomberg, la empresa buscaba maximizar este espacio interior con un diseño minimalista y cómodos asientos que recordaran a los de una limusina o jet privado. Esta visión llevó a los diseñadores de Apple a considerar vehículos que se alejaban notablemente de la típica estética deportiva, inclinándose más bien por formas que priorizaban la funcionalidad como las minivan o furgonetas.
Uno de los diseños principales se asemejaba al Canoo Lifestyle Vehicle, un estilo de furgoneta futurista con bordes redondeados, pero caracterizado por ventanas negras ajustables en cuanto a su tinte, un techo solar completamente de cristal, exteriores blancos puros y neumáticos de banda blanca y centro negro. Además, este diseño buscaba maximizar la percepción de avance, con frentes idénticos en ambas direcciones del vehículo y puertas de ala de gaviota como las de Tesla.
Otro diseño destacado guardaba un gran parecido con el Volkswagen ID Buzz de 2017, evocando la nostalgia del microbús Volkswagen de los años 50 pero con un giro moderno. Curiosamente, este concepto fue desarrollado internamente en Apple antes de que Volkswagen anunciara su prototipo, lo que sugiere una posible influencia directa entre los equipos de diseño debido a que varios empleados de Apple se fueron a Volkswagen alrededor de 2010.
Sin embargo, al enfrentarse a la realidad tecnológica y regulatoria, Apple tuvo que reconsiderar esta ambición de convertir el coche en un "salón sobre ruedas". Tuvo que adaptar sus diseños para incorporar elementos tradicionales de conducción. Y, aunque mantenía la posibilidad de una experiencia orientada hacia el confort y la socialización durante los trayectos, ya no era lo mismo.
Después de una década de inversión y desarrollo, y frente a los grandes desafíos de alcanzar la conducción autónoma de nivel 5, Apple decidió recientemente, según creemos saber, poner fin a su proyecto automovilístico. Pero todo evoluciona. Es muy probable que se desarrolle la tecnología necesaria y que, en un futuro, volvamos a hablar de que Apple está trabajando en una revolucionaria reinvención del automóvil, poniendo el énfasis en el espacio, el confort y una experiencia de usuario sin igual, siguiendo la filosofía de diseño que tanto le caracteriza.
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