El Amazonas, el río más largo del mundo, discurre sus 6.992 km sin que lo cruce ni un solo puente

Rio Amazonas

El río Amazonas ostenta el título de ser el más largo del mundo y también el más caudaloso, pero ostenta otro curioso récord: no tiene ningún puente que lo cruce. ¿Por qué? Son varios los motivos de este inusual hecho.

Más de 6.000 km y sin un solo puente para conectar las dos orillas

En medio de la selva amazónica y atravesando Perú, Colombia y Brasil, el río Amazonas supone casi una quinta parte del agua dulce en estado líquido del planeta. Su longitud y la inmensa cuenca que lo alimenta da lugar al río más caudaloso y largo del mundo.

Y cualquiera daría por hecho que cuando encontramos un gran río construimos un puente para cruzarlo. Pero lo cierto es que el emplazamiento y las condiciones del Amazonas hacen que a día de hoy no haya ni una sola estructura que lo atraviese en ninguna parte de su curso.

Esto se debe principalmente a un par de factores: la población y la infraestructura; y también el entorno y la naturaleza del río.

A pesar de que en la cuenca del Amazonas viven cerca de 30 millones de personas en nueve países distintos, lo cierto es que la población no se reparte de manera homogénea. Hay grandes tramos del Amazonas sin población a su alrededor, lo que, a su vez, distribuye de forma muy irregular las carreteras con las que se podrían conectar un supuesto puente. Además, las comunidades más cercanas al río se han adaptado a moverse entre las dos orillas con lanchas, ferries o canoas, entre otros.

Todo ello resulta en que, realmente, "no hay un necesidad suficientemente apremiante de un puente que cruce el Amazonas", como afirma Walter Kaufmann, catedrático de ingeniería estructural en la ETH (Escuela Politécnica Federal de Zúrich) a Live Science.

Paralelamente, la propia actividad del río y su entorno no facilitan la elevación de un puente que cruce sus aguas. El terreno pantanoso, los cambios en el curso del río a lo largo de la estaciones, así como también en su profundidad… son todas ellas condiciones que dificultan la construcción de cualquier estructura. Pero, sobre todo, lo que más la dificulta son las variantes en el ancho del río.

Durante la estación seca, el ancho del Amazonas es de unos 3 a 10 km, mientras que durante la estación de lluvias, puede llegar a alcanzar 48 km y su nivel de agua aumentar. El uso de pontones o estructuras flotantes en estas condiciones no son una solución.

Como vemos la dinámica propia del Amazonas, el curso de agua dulce más largo y caudaloso del mundo, obliga al hombre a cruzarlo a través de sus aguas.

Un hecho que resulta en celebración más que otra cosa, pues, la verdad es que la construcción de un puente podría suponer un importante impacto medioambiental, en tanto que facilitaría aún más la deforestación y afectaría la biodiversidad del lugar. A la selva amazónica se la conoce como los pulmones del mundo, pues su papel en el equilibrio y el bienestar del planeta en el que vivimos es esencial. Así que respetar su estado natural y considerar muy bien qué se hace a su alrededor es un deber.

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