Hace años que existen varias teorías sobre cómo afecta el tipo de carga, lenta o rápida, a la batería de nuestro iPhone. Y, por fin, tenemos datos experimentales al respecto: HTX Studio ha presentado los resultados de un test de seis meses en que se ha cargado de forma lenta y de forma rápida modelos de iPhone 12 para comparar los efectos que tiene esto en la batería. Y los resultados son alentadores.
El experimento: 500 ciclos y dos formas de cargar
El canal de Youtube configuró seis iPhone 12 para cargarse y descargarse en bucle continuamente del 5 % al 100 %: tres con carga rápida y tres con carga lenta. En una prueba paralela, con otro grupo de iPhones se hizo lo mismo manteniéndolos siempre entre el 30 % y el 80 % de batería.
Antes de continuar, ¿qué es un ciclo? Un ciclo de carga es la suma de un 100 % de energía cargada y descargada, independientemente de cómo se reparta. Si en un día consumimos un 40 % y al siguiente un 60 %, habremos completado un ciclo completo aunque no hayamos pasado de 0 % a 100 % de una sola vez.
Los responsables de la prueba midieron, durante seis meses, la capacidad real de cada batería antes y después de completar 500 ciclos. Para nosotros como usuarios, en un uso normal del iPhone, con tareas diarias y recargas parciales, esos 500 ciclos suelen equivaler a algo más de dos años.
¿La carga rápida daña la batería del iPhone?
¿Los resultados? La pérdida extra de salud por usar carga rápida fue mínima frente a la carga lenta. Es decir, si de vez en cuándo tenemos que enchufar el iPhone 15 minutos y salir corriendo con la máxima carga, podemos hacerlo con total tranquilidad. El sistema de control del dispositivo se ocupará de llenar la batería sin afectar prácticamente en nada a su duración.
Además, otra prueba con los iPhone 12 almacenados a distintos niveles de batería mostró que dejar un dispositivo al 1 %, al 50 % o al 100 % mientras permanece apagado durante una semana tampoco provoca pérdida notable de capacidad. Esto nos dice que el envejecimiento real de la batería se manifiesta a largo plazo y está ligado al paso del tiempo, la temperatura y la repetición de ciclos de carga, no a una semana en un nivel concreto de energía.
Además, la idea de que mantener un teléfono cargado al máximo durante un periodo relativamente corto acelera su degradación tampoco es del todo cierta según los resultados de este test.
¿Y el famoso 30–80 %?
Como comprobó también una redactora de MacRumors, es cierto que mantener siempre la carga entre el 30 % y el 80 % mostró una muy ligera ventaja, pero el beneficio fue mínimo (tan solo de un 4 %). Con lo cual, si este tipo de carga nos encaja en nuestro uso diario, genial. Pero, si no, tampoco vamos a degradar de más la batería por cargar al 100 % cuando la necesitamos.
Por lo tanto, la conclusión a la que llega este test es que podemos cargar nuestros iPhone como mejor nos convenga para nuestro uso y necesidades. El impacto extra de la carga rápida es mínimo. Eso sí, siempre es mejor tener en cuenta algunos aspectos como evitar el calor innecesario, activar la optimización de batería y otros trucos que permitirán que la batería de nuestro iPhone esté como nueva tras años de uso. Pues poder disfrutar de nuestro iPhone es lo más importante.
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