Cuando ante una situación o comentario alguien se hace el despistado, como que no entiende lo que está ocurriendo, o se hace el desentendido, como que la cosa no va con él, se dice que “se hace el sueco”. Existen varias teorías sobre el origen de esta expresión, cada cual más original. Recogemos las 3 que nos parecen más fiables.
Los suecos y sus anécdotas
Son dos las explicaciones que nos llevan a Suecia y a sus gentes.
Según algunos autores, el origen de esta expresión tiene que ver con la forma de actuar de los marineros suecos cuando llegaban a los puertos españoles, como no entendían lo que se les decía por desconocimiento de nuestra lengua, seguramente lo aprovechaban para hacer un poco lo que querían. Así, la expresión vendría de imitar a esos marineros, estando relacionada también con “hacer oídos de mercader”, que tiene el mismo significado.
Otros autores atribuyen el origen de “hacerse el sueco” a los intentos inútiles de Napoleón en negociar o convencer a una importante figura diplomática sueca quien fingía no entenderle para no acceder a lo que le proponía el emperador francés. Hay quienes creen que ese diplomático era el propio rey de Suecia, quien continuamente pedía traducciones para retrasar el asunto hasta que Napoleón se cansó de pedirle apoyo para la invasión de Rusia. En francés, la expresión equivalente es “faire la sourde oreille” (hacer oídos sordos).
El calzado de los antiguos cómicos romanos
Según afirma José Mª Iribarren en su libro El porqué de los dichos, hay la posibilidad de que esta expresión no tenga nada que ver con el país escandinavo, sino que provenga de la palabra latina soccus. Los soccus eran una especie de pantufla que los comediantes usaban en los teatros romanos antiguos. De soccus deriva, entre otras, la palabra “zoquete” que, según la RAE, hace referencia a una persona torpe y tarda en comprender, con pocas luces o que no entiende lo que se le dice. De ahí vendría “hacerse el sueco”.
Cierto es que hay alguna explicación más, pero estas tres parecen las más sensatas. Aun así, sea cual sea el origen de esta extendida expresión, ahora la podrás usar con un poco más de conocimiento de causa y puede que incluso te animes a visitar este hermoso país al norte de Europa.