Pocas marcas han logrado una resonancia y un reconocimiento tan universal como Apple. Incluso la elección de este nombre por parte de su cofundador, Steve Jobs, ha generado curiosidad y también especulación durante décadas. Aunque las razones detrás de esta decisión siguen siendo en parte un misterio, diversos factores y anécdotas nos ofrecen una visión sobre por qué esta fruta se convirtió en el emblema de una de las empresas más importantes del mundo.
Un nombre amigable en un mundo intimidante
En los albores de la era digital, la tecnología emergía como un campo dominado por términos muy técnicos y marcas que podían resultar intimidantes para el usuario. Steve Jobs, junto con Steve Wozniak, buscaba un nombre que rompiera con esa tendencia, ofreciendo algo amigable y accesible. La elección de "Apple" cumplió con este objetivo, proyectando una imagen cercana y asequible que contrastaba con la complejidad percibida entonces de la tecnología.
Una posición alfabética privilegiada
Otra razón, muy práctica, detrás de la elección del nombre Apple fue su posición alfabética. Jobs estaba interesado en que su empresa apareciera antes que competidores de la época, como Atari, donde había trabajado antes de emprender el camino de Apple. Un detalle estratégico para la visibilidad en los directorios de la época y en cualquier listado. Un reflejo, también, del meticuloso cuidado de Steve Jobs por cada aspecto de la compañía, incluido su nombre, AAPL, con doble A inicial, bajo el cual cotiza en bolsa y encabeza cualquier índice.
Homenaje e inspiración: el legado de Newton
El primer logo de Apple, que mostraba a Isaac Newton sentado bajo un manzano, es un claro indicativo de la admiración que Steve Jobs tenía por varias figuras históricas que cambiaron el mundo con sus ideas. La manzana, además de ser un objeto cotidiano, simbolizaba la inspiración y el momento eureka que llevó a Newton a formular la ley de la gravedad. Un homenaje a la importancia de la inspiración en el proceso creativo, y una referencia a como la compañía se coloca en la intersección entre la tecnología y las humanidades.
La manzana mordida: un detalle para el escalado
La icónica manzana mordida de Apple es sin duda distintiva, pero el mordisco también resuelve un problema de diseño práctico. El mordisco asegura que el logo sea identificado claramente como una manzana, evitando su confusión con otras frutas, como por ejemplo la cereza, que es similar, pero más pequeña. El tamaño del mordisco da una proporción inmediata y también acerca el logo a nuestras proporciones humanas.
Un reflejo de la dieta y filosofía de Steve Jobs
Para terminar, hay que decir que la elección de Apple como nombre también puede ser vista como un reflejo personal de Steve Jobs, quien tiró al suelo un iPhone original en una sala llena de periodistas. Conocido por su dieta vegetariana y su inclinación hacia los alimentos naturales, Jobs tenía una predilección por las manzanas. Un aspecto personal, seguramente el más conocido de las razones de la elección del nombre, que también es interesante.
Mucho más allá del logo: el Macintosh
La influencia de las manzanas se extendió más allá del nombre de la empresa. El proyecto Macintosh, nombrado así por la variedad de manzana favorita de Jef Raskin, empleado de Apple, refleja la continuidad de esta temática frutal. También aparece a lo largo y ancho del sistema el nombre de Jonh Appleseed, una persona que hizo una inmensa labor de reforestación en América con, precisamente, manzanos.
Con todo, el nombre de Apple es mucho más que una elección aleatoria; es el resultado de una mezcla de estrategia, homenaje, diseño y preferencias personales. Cada una de estas razones contribuye a la rica historia de Apple, reflejando los valores y la visión de sus fundadores. Con cada dispositivo, el nombre "Apple" permanece como un recordatorio de que en el corazón de los avances tecnológicos, hay personas agrupadas alrededor de una idea a la que dar forma.
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