En la era digital actual, la seguridad de nuestras cuentas en línea es primordial. Todos hemos escuchado sobre la identificación de doble factor, pero ¿realmente entendemos cómo funciona y su importancia? Hablemos de su funcionamiento y por qué es esencial para proteger nuestras cuentas.
¿Cómo nos identificamos online?
Con un usuario y una contraseña, fácil ¿verdad? Pero… ¿por qué? El usuario es lo que realmente nos identifica, en nuestro día a día, en general, usamos nuestro nombre. Como nuestro nombre no es único (alguien más puede tenerlo igual) la mayoría de entidades nos otorgan un identificador que ellos generan. El gobierno nos proveé con el DNI, el banco con el IBAN, la biblioteca con un carné de socio, y así sucesivamente.
Esta es la parte sencilla, saber quién es quién. Ahora vamos a tener que demostrarlo. Cuando entramos en una tienda física donde, por ejemplo, vamos a recoger la colada que dejamos hace una hora, damos nuestro nombre y la persona nos reconoce por nuestro aspecto, esa es nuestra demostración o prueba de identidad. Si fuera preciso nos puede pedir un documento de una entidad reconocida, como sería nuestro DNI. Con este par de elementos, identificación y demostración, podemos ir prácticamente a todas partes.
Lo que en el día a día es tan fácil se complica bastante si lo movemos a internet. ¿Cómo sabe Apple quienes somos? Fácil, se lo decimos: [email protected]. ¿Y cómo lo demostramos? Con nuestra contraseña. Una contraseña que, si lo hacemos bien, solo deberíamos saber nosotros, nadie mas, y además ser lo suficientemente compleja como para que nadie pueda adivinarla. La teoría es sencilla, la práctica es más compleja.
¿Por dónde falla el sistema?
Aunque puede parecer un sistema seguro, la realidad es que tiene algunos fallos. Muchas veces, las contraseñas que elegimos son similares o incluso idénticas entre diferentes plataformas. Además, pueden filtrarse debido a fallos en la programación de los servidores, dejando expuestos nuestros datos.
En tales escenarios, cualquier persona podría hacerse pasar por nosotros, con consecuencias que pueden variar desde leves hasta catastróficas.
Mejorando la contraseña, añadiendo un factor
Aquí es donde entra la autenticación de doble factor. Al agregar un segundo factor, se eleva el nivel de seguridad de nuestras cuentas. Imaginemos que al recoger la ropa en la lavandería, además de nuestro nombre, nos piden un recibo que nos entregaron previamente.
Eso es precisamente lo que hace el segundo factor: requiere no solo algo que sabemos (nuestra contraseña), sino también algo que tenemos (como un PIN o un código generado en un dispositivo de confianza).
El sistema de doble factor de Apple
Tomando a Apple como ejemplo, con la autenticación de doble factor activada, se genera un código en nuestros dispositivos de confianza cada vez que queremos acceder a nuestra cuenta. Por lo tanto, incluso si alguien tiene nuestra contraseña —algo que nos ha de llevar a cambiar la contraseña de nuestro Apple ID volando—, no podrá acceder a la cuenta sin ese código.
La identificación de doble factor es mucho más que un simple paso adicional al iniciar sesión. Es una capa esencial de protección que dificulta el acceso no autorizado a nuestras cuentas. Al adoptar esta medida, garantizamos una mayor seguridad para nuestra información digital. Y es tan fácil de activar como acceder a la app Ajustes en nuestro iPhone, tocar nuestro nombre, entrar en Inicio de sesión y seguridad y activar la opción correspondiente. Un ajuste que cambia por completo la seguridad de nuestro Apple ID.
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